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PESO URUGUAYO
Desde
1828 se dieron varios intentos de crear un sistema monetario nacional, pero las
dificultades económicas de la época y la situación social hicieron casi
imposible la instalación de una política económico-monetaria que terminara con
las dificultades que tenía a diario el comercio.
En
1831 se retiró toda moneda de cobre extranjera y el gobierno comenzó la
búsqueda de alguna solución para poder abastecer las necesidades del comercio.
El 14 de marzo de este mismo año se promulga una ley que dispone la emisión de
la moneda conocida como «décimos de la ciudad de Buenos Aires», que se
convertiría en la primera emitida por la República Oriental del Uruguay.
Aun así,
hasta 1862 el país no tenía monedas de cambio propias; circulaban todo tipo de
monedas metálicas, pero gran parte de ellas muy devaluadas. No es hasta el 23
de junio de este mismo año cuando se establece, por primera vez, un régimen
monetario basado en la plata y el oro. Así se definió el peso plata,
equivalente a tres cuartos de onzas de plata y que remplazó al peso antiguo o
«peso corriente».
Posteriormente,
bajo el gobierno del general Venancio Flores, se autorizó a los bancos a emitir
sus propias monedas.
En
cuanto a la entidad emisora de esta moneda, el Banco de la República Oriental
del Uruguay fue creado en 1896, con carácter privilegiado, hasta que esta
facultad se transfirió al Banco Central del Uruguay, fundado en 1967. Desde
entonces, ha sido el Banco Central del Uruguay el encargado de acuñar el peso
uruguayo.
Una
semana antes de entrar en vigencia el "peso uruguayo" que tendrá tres
ceros menos que el "nuevo peso", los comercios comenzaron a mostrar
sus productos en vidriera con precios expresados en ambas monedas.
Como
ocurrió a mediados de 1975 cuando surgió el Nuevo Peso, la denominación
anterior seguirá primando en las expresiones del público hasta que,
paulatinamente, la nueva unidad vaya ganando su espacio.
Contribuirá
a ello tanto los valores exhibidos en vidrieras y escaparates como las boletas
de los comercios, los recibos de sueldos y pasividades y todos los documentos
que deberán emitirse y registrarse bajo la nueva unidad monetaria.
No
habrá billetes nuevos ni los actuales sobreimpresos sustituyendo al circulante
actual como ocurrió en 1975. Por el contrario, aparecerá otro billete con la
denominación que caduca: el de N$ 500.000 que, lógicamente, deberá llamarse
"quinientos pesos uruguayos" o $ 500 simplemente.
Más
adelante comenzarán a aparecer los billetes actualizados, pero para esa fecha
el público ya va a estar familiarizado con la nueva unidad monetaria nacional.
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