lunes, 11 de enero de 2016

EL QUETZAL

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EL QUETZAL



El desorden monetario y económico del país fue corregido con la Reforma Monetaria de 1925, cuando el Gobierno del general José María Orellana, impulsado por varios estudios y por sus propios ministros de Hacienda y Economía, aprueba la Reforma Monetaria, por medio de la cual es creado el quetzal como signo monetario y se ordena redimir los billetes pesos que circulaban, a un cambio de sesenta pesos por quetzal. Al inicio de esta medida no se emitieron billetes, sino únicamente monedas de oro y plata. Las primeras fueron de cinco, diez y veinte quetzales; y las segundas, de un medio, medio, un cuarto, diez y cinco centavos; en cobre, las de un centavo. A partir de 1927, de nuevo se emite papel moneda en las denominaciones de uno, dos, cinco, diez y veinte quetzales: también fue emitido un billete de cien quetzales, pero nunca se puso a circulación. Estos primeros billetes llevan la efigie del general Orellana. Sin embargo, a su caída y cuando llegó al Gobierno el general Jorge ubico, estos billetes fueron sustituidos por otros en los que ya no apareció la efigie de Orellana. En esta nueva serie de billetes se agregó el de cincuenta centavos. En 1932 y 1946, fue acuñada una moneda de medio centavo; y en los años 1932, 1943 y 1944, son acuñadas monedas de dos centavos; tanto la de medio centavo como las de dos fueron hechas de cobre. Es importante mencionar que tanto en los billetes de pesos —como en los primeros de quetzal, además de aquéllos en los que se incluye a los presidentes— los motivos predominantes en el diseño son las alegorías de carácter clásico y los relacionados con la agricultura y el transporte. Llegado el momento histórico de la Revolución de Octubre de 1944, se impulsa una Reforma Monetaria en la cual desparece el Banco Central de Guatemala, que era el Banco emisor creado con la Reforma de 1925, pero con las características de un banco mixto con capital privado y del Gobierno. Con la Reforma de 1946, además de la emisión de la Ley de Bancos y la Ley Monetaria, se promulga la Ley Orgánica del Banco de Guatemala, que lo constituye como único banco emisor. La emisión monetaria básicamente sigue igual en lo que a moneda se refiere, son introducidos otros diseños y en lo que respecta al papel moneda, el Banco de Guatemala emite sus propios billetes y se sustituyen todos los diseños. Para finalizar este recorrido sobre la historia de nuestra moneda, deben mencionarse dos aspectos relevantes, uno de carácter cultural; y el otro, social y económico. El primero se refiere al valor artístico de nuestras monedas metálicas, pues en ellas ha quedado, de manera imperecedera, el arte de nuestros grabadores, tanto los de la Época Colonial como los de la Época Republicana. El segundo aspecto es el del aprovechamiento habido con las crisis económicas por las que el país atravesó desde los finales del siglo pasado, hasta casi mediados del presente cuando, por la escasez de moneda, los finqueros se dieron a la tarea de acuñar sus propias monedas para pagar los jornales. Estas monedas no fueron más que un medio de explotación a los trabajadores, pues tales fichas, como verdaderamente se llaman, únicamente tenían valor en las tiendas de las fincas donde los campesinos trabajaban: no tenían ningún valor de intercambio, pues si el trabajador se iba de la finca no las podía utilizar en otra. Tampoco podían ser objeto de ahorro y se coartaba la libertad de búsqueda de mejores condiciones de trabajo en otros lugares, pues los trabajadores eran fijados mediante la entrega de anticipos de especie, que eran cancelados con las mencionadas fichas. Es interesante saber que todavía en la Reforma de 1946, persiste el uso, pues la misma ley prohíbe la acuñación de tales fichas, pero no les reconoció ningún valor, con el cual los trabajadores hubieran podido resarcirse de haber acumulado esta clase de forma de pago, que hoy es riqueza para los aficionados a la numismática.

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