-----------------------------------
EL YUAN
La reciente devaluación del yuan ha generado
un gran impacto mediático y político a nivel internacional, debido a las tres
devaluaciones de la moneda en apenas 72 horas.
En este escrito me gustaría aproximarme al
tema del impacto internacional de la reciente devaluación del yuan.
Cabe recordar que el Renminbi (人民币) –nombre oficial de la moneda china– o yuan
(元) –nombre de la unidad de divisa– ha estado estrechamente vinculada al
Dólar estadunidense desde la década de 1990, por lo que su valor ha sido
particularmente estable, alrededor de 6.1 yuanes por dólar. Sin embargo, además
de que refuerza la percepción de la sobrevaloración, centralmente dirigida, de
la moneda china. Básicamente el yuan se ha devaluado tres veces en apenas 72 horas hasta
alcanzar los 6.3306 por dólar; el mayor debilitamiento de la moneda china desde
1994.
Pero vayamos por partes. No pretendo analizar
los efectos del yuan de manera extensiva y técnica, sino, más bien, recalcar
las probables implicaciones de su devaluación para las relaciones
internacionales de China. Por un lado, la posición oficial aclara que la
devaluación del yuan está destinada a “corregir problemas” de presiones en las intervenciones del
Banco Popular de China.
Es decir, a pesar de los esfuerzos de China
para aumentar su presencia monetaria global, y con ello su influencia, aún no
es candidata para sobrellevar los costos de ser una potencia económica mundial.
La reciente devaluación le da razón tanto a Washington cuanto a Beijing, ya que
fomentará las exportaciones chinas y fortalecerá la presencia mundial del dólar
estadunidense. Lo anterior no permitirá la materialización de un modelo de
desarrollo con base en el consumo interno, como pretende el gobierno de China.
Más allá de la retórica de “ajuste” de la moneda –dirigida, eminentemente, para
apaciguar temores en los mercados globales– es un hecho que Una cosa fue
beneficiarse del comercio internacional, pero otra es querer beneficiarse de
las finanzas internacionales sin dar algo a cambio, que sería permitir la libre
flotación del yuan.
Al parecer, Beijing no ha comprendido, aún,
que participar en el diseño de las reglas financieras globales conlleva
obligaciones, y no solo beneficios. En mi opinión, y contrario a las
intenciones del gobierno chino, , ya que esto es un reflejo de la debilidad de
la economía china, y es reflejo de la intención de continuar con el modelo
exportador como “apuesta segura” para el desarrollo económico. Al yuan le
falta, todavía, un largo trecho por recorrer.
Hasta el punto de analizar la posibilidad de
establecer un acuerdo que incluya más sectores, como inversiones y préstamos.
Empero, después de seis años de construir las bases para el intercambio en
monedas nacionales, el yuan no se ha podido posicionar como la moneda de
preferencia en tanto las empresas rusas ya están acostumbradas a usar el dólar,
usado en aproximadamente el 90% de las transacciones comerciales y financieras
globales. Y es que en el esfuerzo de la conversión directa entre las monedas
locales aún hay notables pérdidas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario